sábado, 12 de octubre de 2013

AMANECER



Quiero dormir contigo sin la urgencia del deseo, velar tu sueño y decirte lo mucho que te quiero  sin que me oigas, acariciarte entera sin ni siquiera rozarte, llevarte a los paraísos de mi imaginación en donde habitas sin saberlo. Saborear la suavidad de tu ternura y besar esas manos cansadas de tanto darme vida.
Quiero mirar ese cuerpo, casi de terciopelo, que tantas veces goze y que otras veces arropaba mis ásperos humores y mis días de tristeza.
Quiero acunarme en ti, en tus cálidos y solidarios brazos, que nunca niegan su caridad a éste herido, tan comprensivos, que a veces hacen daño.
Me detendré en ti un momento, aunque quisiera que el aire fuera eterno, quiero tener tiempo de verdad para mirar sin verte y verte sin mirarte.
Quiero ver tu rostro cuando no lo diriges, oler el perfume que envuelve tu abandono...
¡Cómo es posible que no me hables ni digas nada, cuando mi profesión es ya casi quererte y amarte!
Quiero aplaudir tus desvelos, sin que notes lo mucho que te quiero ¿Qué sería de mí si no lo supieras?
Quiero, por fin, amanecer contigo, tranquilo y confiado.
Y decir que éste también soy yo…
Y así también te quiero.

    Domingo Martin    C.

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