Puedo sentir tu piel rozando la mía tantas veces que no me
alcanzan los dedos de las manos para contar las ocasiones. De todas formas, no
me interesa contarlas, prefiero pensar ha sido cerca de cien, una vez mejor que
otra.
Ya nos conocíamos completamente, conocía cada facción de tu
cara y de tu espalda de memoria. Y tu la mía ,esos masajes tan buenos que me hacías
.Tus ojos brillaban de una forma increíble cada vez que entrabas en tu
habitación con ganas de dormir los dos juntos , susurrándome al oído un te
quiero nunca pronunciado en voz alta .Sin embargo, te as ido de mi lado y me hundo en una soledad tan grande que
parezco estar en medio de una calle fría en un duro invierno, con ojeras de
dolor de llorar a la madrugada, insomnios y lágrimas derramadas sobre la
almohada.¡Cuantas tardes y noches, mi amor, hemos compartido! Te puedo asegurar
que, desde que no estas junto ami perdí
mi esencia, y las huellas de tristeza vagan por todo lugar al que voy.
No creo que vuelvas
junto a mi , pero mientras, me consuelo dibujando cada lunar de tu espalda en
cada parte de mi piel ,en cada huella que no te has llevado contigo ,y son
testigos de tantos recuerdos.
Te quiero preciosa
Domingo Martín C.
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