jueves, 17 de octubre de 2013

TODO ENCAJA



Esta no es una carta de amor, ni de despedida, ni de huidas, ni de escondite, ni de partidas, te digo que no es una carta para decirte adiós, ni para que la publiquen, ni para que no la publiquen, es una carta que me va ayudar a cerrar este círculo inminente al que estoy sumergido desde hace muchos días. 

Te puedo decir que nunca me había pasado esto, pero de qué servirá, si igual sigues viéndome como algo lejano, puedo llorar en tu hombro, puedo sonreír, saltar, cantar, puedo hacer lo que sea, pero aún sigo siendo algo lejano, yo te quiero como la compañera de mi vida. ¿Cómo hago para que mis ojos dejen de verte así? ¿Cómo hago para ya no dormirme con tu nombre rozando mis labios? no sé.

Cómo hago para ya no confundir tus palabras, tus risas, tu atención específica en mí, cómo no confundir, que fuiste la única que se dio cuenta de cambios en mí, cómo no confundir que te hago falta, que sólo yo te hago reír, cómo no confundir que me llamas para que oiga esa canción que tu sabes que nos gusta, cómo no confundir las mil horas que hablamos, cómo no confundir que coincidimos siempre en los pensamientos, aunque esta vez no coincidimos. 

Estoy desesperado de no poder verte, sonreír hipócrita, morderme la lengua y aparentar que no pasa nada, mientras mi corazón se desploma aterrorizado. Todos nos dicen que somos perfectos, nos molestan y nos preguntaban constantemente si éramos algo, seria por la forma en que te miraba, o tal vez en la que tu me mirabas (fuck, otra vez ilusionándome). Por qué no puedes ver lo que yo veo, nuestros pensamientos sincronizados, los sarcasmos celebrados, todo junto todo perfecto, todo encaja.

Te quiero
Domingo Martin C.

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