martes, 22 de octubre de 2013

IMPLORANDO.....,...


Yo estoy aquí, implorándole a la luna que esta noche pose suavemente sus rayos, una a una, en cada poro de tu piel...


Aquí estoy, escribiéndote estas letras que llegarán a ti envueltas en suspiros... suspiros que ahogan mi pecho y se tornan en llanto porque no estás aquí, porque te fuiste sin decirnos adiós cara a cara.

Me siento deshacer por dentro, y mi alma... ¡mi alma está hecha pedazos! Mis labios están temblorosos por el continuo suspirar y mis ojos se cierran por haber derramado tantas lágrimas de tristeza...

Pero no, amor... no quiero que esta sea una carta de dolor... sólo quería que supieras lo mucho que lo siento.

Quería que supieras que mi corazón no puede soportar el dolor de pensar que no regresarás conmigo nunca más... Lo siento, mi amor, perdóname. Sé también que fue un mal momento para los dos, pero no me hagas sufrir de esta manera, porque no puedo acostarme y cerrar los ojos y dormir. No amor... no puedo, porque me acostumbre a tus besos, que cada noche me hacian sentir paz en el fondo de mi ser...

Eras como un calmante a mi cuerpo, a mis sentidos, a mi ser... y hoy que no estamos juntos. Hoy, que no tuve el beso de despedida, mi corazón se quebró... y cual cascada sobre mis mejillas, las lágrimas mojaron mi piel... Sé que sólo fue un mal momento... pero dime, ¿qué hago con esta tristeza y esta angustia? Lo siento, perdón. ¿de saber que estás ahí igual que yo en la soledad rumiando el desconsuelo? Desde aquí amor mío, te envío con el viento mil suspiros impregnados de llanto, de besos, de amor...

Te amo, te adoro... eres mi más grande tesoro y cada día le doy gracias a mi Dios por haberte conocido, por la dicha de este amor que nació de la manera más hermosa. Y no es justo, amor, que los malos momentos destruyan esto que nos ha costado tanto trabajo construir y mantener.

Te amo...
y lo siento mucho,
perdóname,
¿sí?

Domingo M.C.

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