Esto me
lo conto mi abuelo
Había una vez una golondrina que empezó a emigrar demasiado
tarde en invierno, y se estaba congelando mientras volaba. Al final cayó a
tierra, y ella creía estar ya acabada... pero entonces se le acercó una vaca
que le soltó una plasta encima.
Bueno, la caca estaba bien calentita, así que la golondrina
se encontró mucho mejor y empezó a piar de satisfacción. Pero un gato oyó a la
paloma, la sacó de la plasta, la limpió, y se la comió. Esta historia tiene
tres moralejas:
1) No todo el mundo que se te caga encima es tu enemigo.
2) No todo el mundo que te saca de un montón de mierda es tu
amigo.
3) Si eres feliz y estas calentito dentro de tu montón de
mierda, cállate.
Saludos
Domingo Martin C.
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