Hace un rato que nos estamos preparando.
Ruges y te meneas.
Noto tus movimientos, así como ondulados. Noto en mi interior escalofríos, mi vello se eriza. Tengo frío y tengo calor. Me siento inquieto, sé que es lo que quieres, y quiero hacerte esperar.
De momento mando yo, te das cuenta y paras.
Paras sólo unas décimas de segundo, tus movimientos ahora son casi imperceptibles.
No puedo saber cual es tu intención, continuarás con tu contoneo? Sentiré frío en la nuca y ardor en el estómago?
Me aterra no saber qué harás. Ahora mandas tú, me doy cuenta que tengo que rendirme, no servirá de nada intentar mantenerte donde estás. Poco a poco me someto, dejando en tus manos el frío y el calor, tu decides en cada momento qué siento, qué noto.
Mi cuerpo sigue tu vaivén, y por un momento reacciono.
Tenso mis músculos y mis facciones, intento como último recurso, apretar fuerte mis músculos, y retenerte.
Funciona, dejas de moverte. Decido entonces esperar, obligarte a que esperes, llevarte a mi terreno lentamente, reducirte a lo que espero de ti, hacer que desistas de tu objetivo, y conseguirlo sólo cuando yo desee.
Me satisface notar como te apagas, como dejas que tus movimientos se mezclen con los míos, aunque sigue habiendo rebeldía, pero a mi manera.
Así que creo que ha llegado el momento de devolverte algo de libertad. Dejo que la saborees, mientras te recuerdo quién manda aquí.
Cuando noto que ya estás apunto, voy para allá y me siento, paciente, esperando a que te decidas a dar ese último paso.
Sigo paciente, impasible ante tu tranquilidad, tus movimientos lentos. Te deslizas cual serpiente, pero aún no acabas de llegar.
Mi cuerpo responde con otro escalofrío, empiezo a estar tenso, venga un poquito más, pienso.
Pero no te decides. Creo que te voy a ayudar.
Me voy a incorporar, pero entonces tú te acercas a tu destino, así que espero.
Por fin noto tu calor, el olor que desprendes, y mi habitual suspiro de satisfacción.
Me siento relajado, como si volara sobre una nube. Siento incluso, que peso menos.
Te miro, te doy mi puntuación, y al final con mucho dolor, tiro de la cadena.
Ruges y te meneas.
Noto tus movimientos, así como ondulados. Noto en mi interior escalofríos, mi vello se eriza. Tengo frío y tengo calor. Me siento inquieto, sé que es lo que quieres, y quiero hacerte esperar.
De momento mando yo, te das cuenta y paras.
Paras sólo unas décimas de segundo, tus movimientos ahora son casi imperceptibles.
No puedo saber cual es tu intención, continuarás con tu contoneo? Sentiré frío en la nuca y ardor en el estómago?
Me aterra no saber qué harás. Ahora mandas tú, me doy cuenta que tengo que rendirme, no servirá de nada intentar mantenerte donde estás. Poco a poco me someto, dejando en tus manos el frío y el calor, tu decides en cada momento qué siento, qué noto.
Mi cuerpo sigue tu vaivén, y por un momento reacciono.
Tenso mis músculos y mis facciones, intento como último recurso, apretar fuerte mis músculos, y retenerte.
Funciona, dejas de moverte. Decido entonces esperar, obligarte a que esperes, llevarte a mi terreno lentamente, reducirte a lo que espero de ti, hacer que desistas de tu objetivo, y conseguirlo sólo cuando yo desee.
Me satisface notar como te apagas, como dejas que tus movimientos se mezclen con los míos, aunque sigue habiendo rebeldía, pero a mi manera.
Así que creo que ha llegado el momento de devolverte algo de libertad. Dejo que la saborees, mientras te recuerdo quién manda aquí.
Cuando noto que ya estás apunto, voy para allá y me siento, paciente, esperando a que te decidas a dar ese último paso.
Sigo paciente, impasible ante tu tranquilidad, tus movimientos lentos. Te deslizas cual serpiente, pero aún no acabas de llegar.
Mi cuerpo responde con otro escalofrío, empiezo a estar tenso, venga un poquito más, pienso.
Pero no te decides. Creo que te voy a ayudar.
Me voy a incorporar, pero entonces tú te acercas a tu destino, así que espero.
Por fin noto tu calor, el olor que desprendes, y mi habitual suspiro de satisfacción.
Me siento relajado, como si volara sobre una nube. Siento incluso, que peso menos.
Te miro, te doy mi puntuación, y al final con mucho dolor, tiro de la cadena.
QUE PENSABAS EHHHHH……
Domingo Martin C.
21/06/2013 y cabreado.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario