A veces los
sentimientos surgen cuando no hay nadie alrededor, ni siquiera tú. La vida pasa
muy deprisa y encontrar momentos de intimidad se complica cuando la soledad se
ve como un estigma, como un mal regalo del que debemos deshacernos cuanto
antes, pero llegaste tú. Justo cuando pensaba que la soledad no era sino una
tierna aliada que me mecía suavemente y me protegía, viniste a romper su
hechizo y a demostrarme que querer y entregarse es posible y necesario. Gracias
a ti sé que el amor no es perfecto, pero tampoco lo pretendo. Buscar un ideal
es perseguir lo imposible, y perseguir lo imposible solo lleva al fracaso. Poco
a poco he aprendido a amar tus imperfecciones, que te hacen imperfectamente
perfecta. No solo eso, sino que me has enseñado a quererme a mí mismo y
aceptarme tal y como soy, porque al verme reflejado en tus ojos he descubierto
más sobre mí como ser humano de lo jamás hubiera soñado. Por todo ello, en mis
silencios, en mis momentos de soledad, me quedo callado y te doy las gracias.
Gracias
cariño te amo .
Domingo Martin
C.

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