Quiero y
estoy dispuesto a hacer un compromiso conmigo mismo, primero porque creo que estoy
haciendo las cosas bien, y en segundo lugar porque estoy enamorado profundamente,
y porque aquella persona que corresponde este hermoso sentimiento es lo más importante
en el mundo para mí y porque deseo que sea feliz a mi lado.
Lo digo
seriamente, pero no es para complicarse. Simplemente debo reconocer que ella
siempre tiene la razón (y de verdad no sé cómo lo hace, pero siempre la tiene)
y que deseo aprender a ver la vida con otros ojos, quiero disfrutar de mi vida
y de mi vida con aquella princesa (que es aún mejor), porque así lo decidí
cuando la conocí y me enamoré perdidamente.
Mi
compromiso hoy es primero conmigo mismo, a vivir la vida con ojos más felices,
tratando de encontrar lo positivo, pensando que sobre aquellas nubes negras de
lluvia, está el sol brillando a todo fulgor y que las nubes no son otra cosa
que el velo que tenemos todos y que muchas veces nos impide ver lo que
realmente está presente allí en nuestras vidas, pero escondido detrás de un
corazón oscuro, como nubes de lluvia, que no dejan pasar la luminosidad del
alma.
Pero también
mi compromiso va porque quiero irradiar esa fuerza interior, esa alegría y
ganas de vivir a aquellos que me rodean, porque cuesta tanto entender que la
vida es una sola y que compartida con alegría se vive y se disfruta más, porque
qué mejor que pasar los días con alegría y echarse los problemas al bolsillo
(sin olvidarlos, pero sabiendo cómo tratarlos sin aproblemarse más de la
cuenta). Cualquiera estará de acuerdo conmigo que es más dulce el amor, al
odio; una torta exquisita de chocolate, a complicarse porque la pega no me
resulta; a entregar una sonrisa esperando contagiarla entre quienes te rodean,
a entregar malas caras, regalar malos ratos o hacer rabiar al otro. El mundo
sería mejor si todos tuviésemos una sonrisa para regalar en momentos de tensión
o pena.
Te quiero
cariño,
Domingo M.C.
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