Tanta
lágrima y anhelos derramados,
tanta
emoción y sensibilidad contenidas;
en mágico
vuelo ha llegado vida mía,
nuestro
reencuentro tan ansiado.
Deja que mis
dulces palabras te arrullen
cual
armonioso canto de áureo ruiseñor,
abrazarte
hasta que la distancia se derrumbe
en esta
inmensa alegría, punto final del dolor.
Deja que mis
sentidos recorran tu cuerpo
hasta anidar
en tus labios un beso eterno
que deje
grabado a puro sentimiento
la
incontenible pasión que por ti siento.
Déjame
olvidarme del mundo en tus brazos
y que sean
historia las grises tardes del hastío.
Sentir tu
corazón latiendo junto al mío
y en cada latido
decirte ¡Cuánto Te Amo.
Domingo M.C.
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