Querido amor, mi bello y
soñado amor:
Lejos de ti sólo soy alguien
que, por ahora, te ofrece sus líneas mojadas. Alguien que trata de alegrarte
una mañana cualquiera, un despertar rutinario... Quiero que sepas que hay
alguien que, a lo lejos, trata de recuperar el tiempo perdido, trata de bordar
nuevos versos, de cubrirlos con humildad y de entregártelos a ti, con
esperanzas y amor.
Necesito que sepas cuán
profundo es todo esto, pues mi alma se entrega en cada línea: hay un "te
amo" y un deseo de felicidad escondidos en cada frase, hay una sublime y
nocturna oración a nuestro Señor en cada renglón.
Perdón, mi amor.
¿Merecimientos? Sólo Dios
sabe a quién le corresponden. Tan sólo espero estar en sus planes, en sus
buenas intenciones con relación a la conquista de tu corazón, tu mente y tu
alma... de tu vida misma. Pero hasta entonces persistiré con mis "buenos
días, mi amor", con unas líneas que hablen de lo bello de ti, de la
alegría y la dicha de haberte conocido, de lo hermoso que es el saber que Dios
te puso en mi camino.
Perdón, mi amor
Sé que te he lastimado
profundamente... ¿y qué te puedo decir? No puedo revestirme de excusas. Sólo
puedo dejar que la sinceridad gobierne mi mano, que escriba en mi teclado y delate mis verdades escondidas.
Perdóname si mis palabras no
son claras, con ellas tan sólo quiero mimarte... pero cuando se trata de
enviarte algo que toque tu corazón, todo mi vocabulario se agolpa en la corta
entrada de mi pecho y se atropella, anhelando liberación. Y cada palabra
escapada trata de decirte "me gustas", "quiero estar contigo
para siempre".... pero dichas palabras quieren hacerlo a su modo.
Soy torpe con los escritos,
pero de esta manera me comunico al menos contigo o eso creo, y así como un día
nos vimos rebosantes de amor perdón y
ahora vivimos en el olvido, hoy necesito usar de nuevo todas mis armas para
reconquistar un territorio que un día conocí y poseí: el preciado terreno de tu
enorme y hermoso corazón.
Terminaré estas líneas
matutinas con un leve pensamiento, un inquieto sueño y un anhelado deseo: el de
poder compartirte unas líneas nuevamente, sean cartas o poemas, sean simples
pensamientos o imágenes enamoradas... pero contigo a mi lado, como siempre lo
sueño, como siempre lo quiero. Me considero dependiente de ti, siempre fue así
desde que te conocí.
Lamento mis errores pasados
y espero puedas sanar las
heridas que te causé...
espero que puedas perdonarme.
Que tengas una mañana cargada
de mucha vitalidad, emoción y de amor.
Hasta pronto, amor de mis
sueños, proyectos y anhelos.
Mi amor por siempre y para
siempre.
Domingo Martin C.
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