¿Sabes? Hoy amanecí con una
duda...
¿Por qué te amo tanto?
¿Por qué Dios te puso en mi
camino?
Quizá te pueda decir porque
eres muy bella, quizá te pueda decir porque eres muy tierna, quizá te pueda
decir porque sólo tú me has de dar el cariño y amor que siempre anhelé.
Todo lo que te digo es muy
cierto, pero… ¿te amo por eso?
Muchas veces se lo he
preguntado a mi corazón. Su respuesta fue… la amas por ser la persona más dulce
y por tener el corazón mas blando de este mundo.
Es verdad, mi corazón tiene
mucha razón, pero.... no contento con eso fui y le pregunté a mi mente la cual
me contesto: “es simple, la amas por su delicadeza, por su inteligencia y
porque es la única que te escucha y parece entender cada palabra tuya”, muy
buena respuesta ¿no crees? pero… ¿es por eso que te amo?
Es muy cierto, te amo por
todo lo que digo pero…
¿es razón suficiente para
amarte?
Quise preguntárselo a mi
espíritu, entonces me puse a meditar, cuando vagando estuve por el mundo al fin
me encontré con mi espíritu, que por cierto lo encontré muy triste, pero feliz
a la vez le pregunte que era lo que le pasaba, el sólo me dijo: te estuve
esperando sabía que llegarías a mí y gritó al cielo ¡gracias mi amor! ¡gracias
Dios!, me sorprendí totalmente.
Mi espíritu me dijo: “Sé a
qué vienes, lástima que hayas venido hasta aquí para saber tu respuesta… ¡pues mira!... La
respuesta está frente a ti”… quedé atónito, no sabía a qué se refería.
"Sabes… por eso estoy triste, porque la respuesta camina junto a ti cada
minuto de tu vida"; yo aún confundido miraba a todos lados sin encontrar
la respuesta, mi espíritu me sacudió de los hombros y me gritó: “¡Mira a tu
alrededor!”, entonces cuando volví en si, me di cuenta que la respuesta era mi
espíritu, mi alma.
Desde que te conocí sentí que
mi alma volvió a mí, sentí que esa parte que había perdido regresaba a mi lado,
sentí que desde que te conocí soy el ser más completo de esta vida, hoy son
muchos ya los días de estar a tu lado, días de infinita alegría, meses de
locuras por verte, meses que parecían décadas, en verdad te doy gracias por
dejarme conocerte tal y como eres, por darme permiso de explorar por cada
rincón de tu vida y hacer mías las fantasías más cohibidas.
Te doy gracias por dejarme
saber que existes, por dejarme pensar que como yo nadie podrá amar, por darle
las respuestas más obvias a las preguntas más complicadas sobre mi vida.
¿Por qué te amo tanto? Es muy
simple mi amor…
te amo tanto por dejarme
reencontrarme conmigo mismo,
con mi espíritu, con mi alma.
¿Por qué Dios te puso en mi
camino?...
sencillamente, porque sólo
alguien como tú
podría llenarme de felicidad.
Pero… sí, no hay duda que
encontré las respuestas aunque me hayan dejado otra duda. ¿Acaso tú no eres mi
alma?... puesto que, ¿acaso no era a ti a quien buscaba?
Sé que encontraría la
respuesta, pero esas respuestas me traerían más preguntas y quien sabe… mi
última sería si yo soy tú o si tú eres yo.
Tal vez lo único que logre
con esta carta es confundirte más y más, pero… entiende lo que escribí… Lo
único que entiendo es que te amo; nunca lo dudes: ¡te amo!
Y que pase lo que pase
siempre será así, pues desde que te conocí vivo para ti, moriría por ti, a Dios
rogaré por ti y hasta en tu marioneta me convertiría por ti.
Mil hojas escribiría, mil bolígrafos
acabaría, sentado me quedaría, sólo para decirte el motivo de mi vida ahora que
estas tú, pero sólo dos palabras son capaces de resumirlo todo...
Sólo dos palabritas
son capaces de representarlo
todo:
¡Te amo!
Bixa y tu lo sabes…………
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