Cuando te conocí me hubiese
sido imposible pensar que existía la posibilidad de que acabase queriéndote más
de lo que te quería, que te desease más de lo que te deseaba, pero los días me
han ido demostrando la bondad de tu persona, y lo importante y representativa
que eres en mi vida.
Todos tus gestos y actos, todas tus miradas cómplices que siempre
han brindado a mi corazón la razón para poder seguir sacrificándome por esta
relación, por seguir mirando al horizonte para averiguar lo que nos depara y
utilizar todas mis fuerzas en esos momentos en que nos sentimos desolados
porque las diferencias entre nosotros acaban siendo el detonante de una
discusión inesperada.
Pero quizás sean esas
diferencias las que en el fondo me han enseñado a quererte y a desearte, las
que han conseguido que el tiempo haga de tu sonrisa un universo mucho más
amplio del que nunca había imaginado su existencia, porque parecía imposible
que cogerte de la mano algún día fuese a significar más de lo que representaba
para mí en aquel momento.
Y todo ello ha sido gracias a
ti, gracias al afán que pones por lograr que un mal momento se convierta en un
momento de los dos, y que los buenos ratos hayan sido cada vez más frecuentes
en nuestra relación hasta el punto que sobrepasan la influencia que pueda tener
cualquier diferencia entre nosotros o cualquier signo de contrariedad.
Ahora soy consciente de que,
inevitablemente, en el futuro te querré más de lo que ahora te quiero y te
desearé más de lo que te deseo.
Te amo con locura Laura .
Domingo M.C.
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