Quiero que sepas que, a pesar
de tu silencio, le sigo apostando a nuestro amor. ¿Y sabes por qué? Porque no
fue un día, ni dos, ni tres. Fueron muchos de compartir momentos que para mí
son inolvidables. Recuerdo cada caricia, cada beso, cada mirada. Esas noches
que nos amanecía, sin sentir como pasaba el tiempo, ¿recuerdas? Horas llenas de
risas, de juegos, de bromas, de música y canciones. ¡Cómo me hacías reír!
Siempre dijiste que para ti era importante verme feliz.
Me dejabas mudo cuando preguntabas:
"¿por qué eres tan guapo ". Aunque pasaron muchos días sabías hacerme
ruborizar. No olvido cuántas veces me abrazaste porque intuías que algo me
había lastimado. ¡Me conoces más que yo mismo! Muero por escuchar tu voz, esa
voz tan agradable para mis oídos que me estremece; necesito que me abraces con
ternura y con fuerza.
Extraño nuestros viajes, mas
no por los lugares, sino porque estábamos juntos más tiempo. Juro que nunca te
oculté nada y te entregué mi corazón sinceramente. Sin embargo, nunca aceptaste
realmente que te amaba, por eso muchos de mis cartas hablan de mi amor por ti.
Si no te amara no me hubiera dolido tanto lo que pasó aquel día.
¿Recuerdas? Sentiste mi dolor
y me viste destrozado, pero ¿sabes?, también te vi sufrir igual o más que yo.
Tal vez hasta ese momento comprendiste cuánto te amo.
¿También te dolió perderme?
Pues quiero que sepas que no me has perdido, que aún te espero porque creo en
ti. Creo en tu amor, creo en la mujer buena, cariñosa, detallista que siempre
has sido. En este día especial, con el corazón en la mano, quiero agradecerle
al cielo por haberte conocido y por seguir amándote. Juro que volvería a
recorrer el mismo camino una y mil veces. No me lo perdería por nada ni por
nadie. Eres una mujer que vale la pena conocer antes de morir.
¡Hoy brindo por ti, mi amor!
Y también brindo por mí, ¡porque te amo!
Domingo M.C.
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