Soy una
estrella sin luz porque tú ya no estás a
mi lado, un ser celeste que agoniza en la soledad de tu ausencia.
Mi luz se ha
ido apagando al igual que el recuerdo de nuestros días juntos.
Todo parece
borroso y lejano en mi cabeza, las fotos de nuestra vida juntos se desdibujan
en mi memoria y el eco de tu voz se
aleja mientras yo persigo tu sombra en la oscuridad.
Corro y
corro sin parar esperando alcanzarte pero tú siempre eres más rápida y desapareces ante mis ojos suplicantes que te
ruegan que vuelvas a mi lado.
Te busco en
mi cielo, ese que era nuestro hogar pero ya no estás, no puedo ver tus alas, y sin ellas caigo en
la oscuridad que me engulle sin remedio.
La soledad es ahora mi hogar, un lugar frío donde hasta el corazón más
cálido sufre de frio.
Ruego,
suplico, pido de rodillas que vuelvas a mi lado, que me quieras como antes lo
hacías y solo el silencio me responde. Mendigo tu amor y me arrastro pidiendo
un milagro. Quiero detener el tiempo en tu mirada y aferrarme al recuerdo de
tus besos pero la cruel realidad me
niega tu presencia.
Después de tantos
días viviendo de sueños e ilusiones estos ya han perdido su poder y su fuerza,
ya no espero ansioso la llegada de la noche para que Morfeo me lleve a tu lado,
ya no hay nada ni lágrimas ni dolor.
Me quedé
mudo, vacío, sin alma ni corazón, soy una estrella sin ángel que muere
escondido en un rincón.
Con tantas
estrellas en el cielo quien notará mi
ausencia...
Domingo
Martin C.
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