La nada se
apodera de mi vida, invade mis entrañas y las vacía. No quedan ilusiones ni
deseos, no queda más que un gran agujero que va creciendo dentro de mí, que
cada vez es más grande.
La vida nos
golpea, es dura y cruel, a veces
demasiado, y nos deja sin fuerzas. Caemos y nos levantamos pero hay veces en
las que ya perdemos la razón por la que hacerlo. Quiero dejarme llevar por esta
inercia que me empuja a desaparecer, quiero dejar de pensar, de sufrir.
Ojalá esta
nada traiga con ella el olvido, que sea una anestesia para mi corazón que ya no
puede con tanto dolor. Me siento desbordado por el sufrimiento que me acompaña,
y odio esta soledad que me rodea, me hace daño demasiado daño....
Ha llegado
un momento en el cual ya ni las palabras brotan de mi alma, no puedo escribir,
no puedo llorar no puedo sentir, estoy muerto en vida y me siento cansado,
agotado .de esta lucha diaria.
Ya no puedo
seguir caminando, el suelo desaparece
bajo mis pies y me acerco al precipicio que me está engullendo. Quiero volar,
cerrar la mente y borrar lo poco que queda de mí, dejar que la nada por fin
invada mi cuerpo y transformarme en energía, volver a ser luz después de tanta oscuridad.
Domingo
Martin C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario