Mi amor,
esta carta la comienzo escribiendo con la certeza que tú
serás quien la reciba —tú y nadie más— porque estos sentimientos sólo son para
ti. Han pasado días, pero no dejo de pensar ni por un solo instante en
nosotros.
Tú me dices
que llegué a tu vida en el momento justo, yo digo más bien eres tú quien llegó
a mí en el momento preciso. Éste era el instante en el que nos teníamos que
conocer, el momento perfecto en el que nada parecía tener sentido, ni antes ni
después, y justo ahora cuando nos teníamos que conocer y poder juntar tus líneas
con las mías.
Muchas
noches lloraba pensando que mi vida sería tan vacía como lo había sido hasta
ahora, nunca me imaginé encontrar un amor tan maravilloso como tú. Dios me
tenía reservado para ti, y ahora todas mis penas, mis canciones tristes pasaron
hacer cartas de amor.
Mi sentir es el mismo, todo lo veo como
prestado, como que no es mi tiempo, sólo vivo para poder encontrarme contigo,
mientras tanto sólo sueño y te abrazo en mis noches que se hacen eternas sin
ti.
Todo mi entorno
te nombra, todo lo que hay en mi entorno te respira. Hoy, con la luz que entra
por la ventana imagino muchos paisajes y tiempos que estaré contigo. No sé si
es verano o invierno, tú llenas de calidez todos mis espacios y no sé vivir sin
ti.
No le temo a
la niebla, no le temo a los meses que pasan por mi calendario, porque en cada
número y mes tú nombre está grabado...
¡Cómo nos
hace el amor...! Nos pone más tolerantes, nos pone más melancólicos, pero a la
vez mucho más alegres. El corazón late de prisa y sonreímos sin que nadie nos
vea cuando leemos nuestras cartas tan amorosas. Quizás, sólo quizás, para los
demás aquello que escribo no tiene sentido, pero para nosotros lo es todo. ¿Nos
amamos, verdad?
Dentro de
unos instantes estas palabras llegarán a ti, acudo al llamado de tus ojos que
también me extrañan. Reconozco tu amor desde lejos, llegó de un futuro
prometido como tierra sagrada para dos, ahora que puedes leerme y ya no eres una
destinataria inexacta de mis cartas, quiero contagiarte la certeza, esta
certeza inexplicable de saber que no faltan años para conocerte y encontrarte.
Siempre estuvo en mí esa certeza de encontrarte, siempre fue profunda como tu
mirada, así de clara, sólo una vez me faltó y por esos días llegaste, y cambiaste
mi vida para siempre.
Esta carta
está siendo enviada para no aspirar tu ausencia, ya no quiero caminos que no me
lleven a ti. Suena la vida por la ventana, suena una canción en los árboles, es
el gorrión que hace una sinfonía con sólo siete notas.... Tampoco sabes que
cada vez que vuelves aunque sea en un pensamiento mío , ese es un instante
mágico. También me sucede cuando pronuncio tu nombre cada vez que termino de
escribir tus cartas. (Tú me haces amarte cada día más)
Un beso preciosa…………
Domingo
Martin C.
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